jueves, 14 de marzo de 2013

El Gran Oso

En el anterior artículo realizo un análisis crítico del Individualismo y su origen. Más que análisis, esbozo. Sin embargo, el repaso histórico de un concepto no ayuda mucho a entender de qué cojones  narices va esto. Es por eso que este artículo se destina a contextualizar el individualismo. (recomendada la lectura de Vida Líquida, de Zigmunt Bauman)

El Individualismo combinado con otros factores tales como la Globalización ha condicionado demográficamente la estructura social actual. La progresiva reducción del núcleo familiar ha provocado nuevas formas de organización familiar. El cambio social derivado ha hecho, entre otras cosas, que los sectores más tradicionalistas de la familia hayan perdido peso y poder en favor de una legislación más permisiva. En otras palabras, la ruptura familiar y la diversidad sexual pueden ser pensadas como evoluciones naturales del Individualismo, manteniendo como constantes un desarrollo legislativo y democrático oportunos.

También, con la fragmentación familiar, se reducen los índices de natalidad. La futilidad de la vida y la falta de soporte económico y familiar provocan que las parejas se lo piensen antes de tener hijos. La moderación de las tasas de natalidad se compensan con el estancamiento de la mortalidad actual, provocando que el número de nacimientos iguale al de fallecidos. En otras palabras, se produce un estancamiento cuantitativo poblacional. España jamás llegará a los 50 millones de habitantes, por ejemplo.

El incremento del nivel de vida aumenta la dependencia del Estado que nos proporciona los servicios mínimos al mismo ritmo que aumenta la independencia respecto al resto de individuos. Si bien la Familia sigue siendo la Institución informal que mantiene y cuida del individuo en aquellos momentos en los que el Estado no puede, actualmente se está viendo amenazada a la desaparición por la ruptura nuclear. Como curiosidad, este hecho explica por qué actualmente, con unas tasas de paro superiores al 25% y más de 5 años de crisis económica, España no se diferencia en demasía a los años de bonanza: la familia como colchón amortiguador y principal soporte del nivel de vida del individuo juega un papel fundamental a la hora de acoger al enfermo y cuidarle (nuestras madres cuantas veces nos habrán cuidado y hecho comiditas especiales y llevado al médico y...), proporcionarle hogar cuando se ve en paro o desahuciado, etc...

El Individualismo, junto con el Consumismo, han condenado a Occidente a un modelo de vida rápido, donde los nuevos descubrimientos tecnológicos alteran la sociedad a la velocidad de la luz. Uno de los mayores focos del consumismo es el Consumo del Cuerpo: gimnasios, pastillas y toda gama de productos farmacéuticos adelgazantes, operaciones dermoestéticas, comidas desgrasadas, bajas en calorías, bebidas carbonatadas o light, todo esto por el lado de la salud... Por el lado de la alimentación, infinidad de gamas de restaurantes, proliferación de comidas del mundo, sección gourmets de los centros comerciales y grandes franquicias de precios asequibles ilustran en general que el Consumismo Corporal es uno de los mayores gigantes del Capitalismo actual.

¿A donde quiero ir a parar?

La divinización del concepto de Salud y Bienestar físico (porque si queremos hablar del bienestar emocional, se nos abre un enorme pozo de mercado lleno de pseudociencias kinéticas, artes marciales de relajación y concentración...) es muy importante, porque el modelo ideal del correcto ciudadano es aquel que se autorrealiza a través de su trabajo en un objetivo final, que es la consecución de un estatus social alto a través de un puesto de trabajo cualificado como recompensa a varios años de estudios superiores y dedicación a ello. Sin embargo, es un estilo de vida saludable y la consecución de logros físicos o mentales los grandes objetivos secundarios en nuestra vida. La independencia física y la certeza de que nuestra salud de hierro no solo nos permite ser autosuficientes sino que, además, nos permite ser atractivos de cara a los demás para que llegado el momento en el que necesitemos a alguien no nos suponga un sacrificio demasiado grande de nuestra recién adquirida individualidad son posibles derivaciones de este fenómeno.

Por otro lado, el Individualismo afecta en sumo grado a un factor más cultural, más de actualidad. El individuo, por la propia configuración social masificada, busca la independencia no solo del estilo de vida, sino además la independencia de la forma de vivir. Los gustos, costumbres, estilo, moda, etc... que definen la personalidad de un individuo son escogidos con sumo cuidado por éste para generar una combinación única e irrepetible que le permita diferenciarse del resto. La repetición sistemática de estos patrones de conducta ''individuales'' acaba constituyendo un movimiento sistematizado y unidireccional, del que se extrae una curiosa conclusión: El individuo es la personalización de la masa: el individuo de manera implícita arrastra los valores y tendencias de la masa que le rodea. Este fenómeno explicó la existencia de tribus urbanas, como los heavys, los góticos, etc... hasta la llegada de la Globalización. ¿En qué medida la Globalización ha aplastado a las tribus urbanas? El individuo ha dejado de estar rodeado por una masa determinada para pasar a estar rodeado por la totalidad de la masa mundial: el concepto de individuo se unifica, por lo que la totalidad de los individuos pasan a arrastrar los conceptos valorativos y tendenciales de la masa de la globalización. Por ejemplo, el individuo de edad de 35 años con un trabajo medio que vive solo ha tenido la costumbre de adquirir productos de Ikea con el fin de remodelar e idealizar su hogar, simbólicamente el reino de todos y cada uno de nosotros. El ejemplo más claro que ilustra este patrón de individualismo cultural es el modo de vida del protagonista de El Club de la Lucha.

 El empeño por mostrarse único e irrepetible es lo que le vuelve uno más del grupo, algo que pocos pueden aceptar. Por supuesto, existen movimientos tendenciales que recogen a aquellos que, lejos de pretender buscar su originalidad, intentan diluirse en la masa y parecerse al resto. Es aquí donde comienza el círculo de renovación de modas e imitación de costumbres que acaban globalizándose por esta misma causa: no hay mejor ejemplo que el de comer churros, un auténtico deporte internacional : desde E.E.U.U. hasta China o Colombia, se comen churros con chocolate, una costumbre típica de la buena vida española.

Este mismo proceso de individualismo también es un pozo emergente para las asociaciones políticas y académicas que renuevan el contenido ideológico de los partidos. La búsqueda de motivos profundos y críticas fundamentadas mueve al individuo a las esferas del conocimiento público. La incorporación de los discursos de los individuos a estas asociaciones que se encuentran con nuevas fuentes de pensamiento crítico las enriquecen enormemente. Sin embargo, la velocidad de transformación que estos conocimientos suministran a estas asociaciones diverge profundamente de la velocidad de cambio que los propios partidos políticos están dispuestos a asumir: las asociaciones políticas (o think tanks) están cada vez más desligadas y desencantadas de las estructuras fácticas. La brecha ideológica se ve agrandada por contextos de crisis, de hecho el desfase adaptativo provoca una ruptura entre la generación de contenido nuevo y la aplicación del viejo incluso en tiempos de bonanza. Un ejemplo de esto puede ser, por ejemplo, la actual separación entre los ''viejos'' dirigentes de los partidos (PP y PSOE) y las nuevas generaciones, que se quejan de que la sangre vieja ocupa los altos cargos y evita la renovación, del mismo modo que evita la evolución del sistema.

El individualismo ha afectado, incluso, a la forma de llevar a cabo la guerra. Los antiguos patriotismos (que no nacionalismos) que perseguían la derrota del enemigo a través de su aplastamiento a manos de los ejércitos nacionales se han quedado atrás. ¿De veras crees que el individuo va a sumarse por voluntad propia a ''la masa del ejército''? El ejército como tal es una masa, y el individuo se niega a perder su mal llamada individualidad, porque es el gran valor del siglo XXI. ¿Como llevar a cabo ahora las guerras? ¿Como acelerar ahora el intercambio internacional de las esferas de control y poder? ¿Cómo activar las grandes válvulas de liberación de presión de la economía? Fácil y sencillo. A través de la red virtual, donde el individuo se puede convertir en masa y la masa, en individuo. La conversión es terriblemente sencilla: con la digitalización de la vida, la aniquilación actual de todos los soportes y almacenamientos digitales implicaría prácticamente acabar con la cultura humana mundial actual, por lo que un único virus bien dirigido tendría un efecto mucho peor al de una decena de bombas atómicas de hidrógeno.
La generación de líneas de código autorreplicantes que dupliquen los agentes nocivos virtuales es una tarea fácilmente llevada a cabo por uno, dos, varias decenas de individuos que como tal y por concepción numérica, no representan una masa, sino una élite. El más claro ejemplo lo tenemos en la actual guerra cibernética declarada entre EEUU y China.

En conclusión, el Individualismo es un valor que impregna en cierta medida todos y cada uno de los hechos que caracterizan nuestra sociedad. La maravilla de la multicausalidad nos permite escoger el objeto que nos interesa como causa hegemónica del proceso a definir, lo que si bien por un lado puede parecer sesgado y erróneo al lector, nada más lejos: la posibilidad de explicar todo el entramado social en parte a un único concepto denota que, evidentemente, hay más conceptos que interactúan en el entramado. No obstante, si el concepto escogido es lo suficientemente sólido, podrás explicar gran parte con él.

Este artículo ha sido más un ejercicio para mí que un artículo propiamente dicho para el lector, ya que lo que he tratado es de escribirlo del tirón pensando que elementos se podían relacionar y he visto complacido que me ha resultado asequible establecer una correlación.

La correlación es una palabra que hoy en día no tiene mucho eco, y mira que es una palabra bien maja. Sin embargo y metiéndonos en la dimensión filosófica, el proceso mental de la correlación y toda su connotación es una necesidad en la sociedad actual: entender que todo está entrelazado e interconectado y, que al mismo tiempo, esa conexión no es la única ni resulta suficiente como para sostener la explicación, es un proceso mental que considero indispensable para la formación del correcto ciudadano civil de la sociedad de la información globalizada. Todo aquel que sea incapaz de, al menos, intentar pensar de esta manera, está abocado a ser el sujeto de mentiras, engaños y manipulaciones por parte de las estructuras políticas y las esferas del poder en sus distintas formas: eléctricas, medios de comunicación, asociacionismo, empresas...


Esto es todo por hoy, creo que daré por zanjado el tema del valor Individualismo ya que creo haberlo contextualizado ampliamente. Es necesario volver a aclarar que no coloco este valor como causa hegemónica de todos los puntos que menciono, sin embargo expongo como explicar el fenómeno a partir de este valor, obviando el resto del sistema de valores.

Se agradecería algún comentario, especialmente si es de alguien no versado en sociología, pero todos son bienvenidos. Gracias por la paciencia.


2 comentarios:

  1. Lo siento, estoy versado en sociología...pero poco.

    Antes que nada, relee el artículo y corrige errores ortográficos o de ordenación de letras.
    Refleja reflexión, aunque sea falsa.

    Después de la tontería maniática:

    -enlazo un trabajo de fin de grado de un estudiante de sociología que tiene por nombre:
    "Individualismo y Democracia: Relaciones entre las estructuras de poder y el sujeto posmoderno".
    http://www.recercat.net/bitstream/handle/2072/68351/TFC-BOU-2010.pdf?sequence=1

    -quisiera mencionar una curiosidad: las personas buscan su indovidualismo en grupo, pues la no aceptación social se impone terroríficamente sobre la conciencia de las personas.

    -y sobre la moda, una frase real extraída de una conversación con un amigo:
    -Yo me opongo directamente a la moda, me niego a vestir como se visten los demás.
    -Osea, que tu vida sigue girado en torno a la moda.
    -No, yo nunca voy a la moda.
    -Paso.

    Buen artículo, bien contextualizado. Quizá no te llegue a entender mucha gente, pero en mi opinión está bien hecho.

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  2. Sobre el individualismo grupal, se me ocurre una interesante reflexión: es donde el interaccionismo simbólico presenta grietas, ya que la realidad es la percibida por el individuo, y, al mismo tiempo, es evidente que el individuo forma parte de una realidad que no quiere ver pero que usa. Esto refuerza la necesidad de una triangulación paradigmática, ya que por sí solo el Interaccionismo no sería capaz de explicar la individualidad grupal.

    Gracias por el comentario.

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